miércoles, 11 de agosto de 2010

No tengo corazón


Es verdad, siempre tuvo razón, y hasta hoy lo puedo creer... No tengo corazón.

¿En qué momento morí?... No es mi intención echarte la culpa, pero la tienes.

Mi mano fría tocando un mouse sucio, odiando y mirando de reojo a dos niños que hacen bulla con algún juego estúpido. Pensando en que es hora de largarme de todos como alguna vez pensé... Sin explicaciones, sin preguntas ni respuestas, sin avisos.

Descartando dos alternativas gemelas... Irme a mi cuarto a escuchar música y fumar mucho, o sentarme en el parque a fumar mucho y observar a los demás creerse especiales y únicos.

¿Cómo nos gusta sentirnos atados, verdad? Y luego decimos que somos libres.... Y tanta risa me da escucharte decir eso. En cierto modo quizá sea verdad. En cierto modo. Habría que descifrar bien la palabra "libertad". ¿Por qué siempre queremos estar y no estar?, y si no extrañamos nos sentimos solos, y si extrañamos mucho sentimos que se va perdiendo la libertad y es ahí cuando retrocedemos. Un puto tira y jala... (un puto muy barato, a veces).

Bueno, tu conoces tus mentiras y yo las mías, y no lo iremos divulgando por razones obvias. Y es ahí cuando confirmo que no tengo corazón, ya no, lo he perdido, o tal vez exagere, eso depende de qué tamaño haya sido.

¿Dije alguna vez que te detesto?, ¿Que he pensado en olvidar todo y empezar de cero?, ¿Dije alguna vez que nunca te podrán reemplazar?.

Nunca, y me alegra mucho.